viernes



Una gota que cae del precipicio
envuelta en el espejo de la huída. 
La ola que contiene tu partida
Un cristal empañado, un artificio.

Es una voz el viento que acaricio
despacio, tan despacio, no rendida,
Que alarga hacia la sombra su solsticio. 

He de soñar así, sobre la hierba,
rendida a su verdor y a su rocío,
cayendo por los bordes de las hojas,
allende de tu mar y de tu río. 
Sin soltar el timón, sin que me pierda en las dulces espinas de tus rosas.

L.



Se guardan los milenios dentro de otros milenios. 
Ante eso las horas son pequeños, muy pequeños insectos.
Acaso así, nosotros, tan nodos imperfectos nos pensamos que siendo podremos dejar algo. 
Pero nada es el tiempo
La imagen siempre muere,
pero no así el espejo, 
que perdura y perdura
de milenio en milenio.
Quien sabe si seámos  realidad, muerte o sueño. 
L.







A la altura de un ladrillo, de un adoquín, no más alto que el tacón de un zapato, un niño asomó las narices y empinó los ojos hacia la perpendicular de los estrechos raíles del tren.
Computó las horas que llevaba sin beber, despertando la lengua de una muerte lenta, seca, opiacia ante el fin. 
Vio al semental negro trotar ante sus ojos y se lanzó preciso a las vías.
Ni siquiera pensó en salvar la estirpe de su nombre.

Algunos siglos después los Trotamundos escarban bajo las traviesas. 
Los más ancianos cuentan que cuando nieva hasta tapar las ventanas, se escucha un lejano murmullo de hojas que como olas, invade cuál tsunami toda la estación...

L.

sábado

Nadie habla de los árboles caídos, sin embargo, son los que sostienen al bosque. 
L. 




viernes



Te debo un poema mojado
De esos que ante la lluvia me sorprende sin paraguas
De esos que ante TU lluvia me sorprende sin paraguas
Es que son demasiados siglos
Que sin bragas, que con bragas
Que sin pañuelo, que con pañuelo
El caso , es que te debo un poema mojado

L.

absoluto



Mi opaco existir, mi bien, mi miel
Mi piélago , remanso de mis luces y mis sombras
Mi hiel... mi seso de carne , ahumado por mis vivencias
Mi ser finito
Donde anclar el ser que me transforma?
Donde aparcar las dos noches que anduve?
Que os he de dejar , nacidos de mi?
Que he de sumar a vuestra luz?
Que mas que un beso de mis labios y un espacio
para que améis como yo amo
Y tu...
No puedes antes irte de mi cuerpo
No puedes tu antes irte de mi alma

L.

Ágora


Me preocupaba mucho la desnudez de los silencios.
No tanto por andar desnuda,
intentando adivinar los movimientos de los otros, al fin y al cabo lo razonable era caer en el tópico de que callar es un síntoma.
Era más la adrenalina, la espera, la confirmación de la enfermedad.
Ya sabía que el amor lo cura todo
Pero no sabía que todo no es amor.
La lógica de la piel se disgregó ante una verdad vestida de mentira.
Todo lo que ves es moribundo
Lo que sientes, no.
El pasado se agacha ante mi y me pega un tiro
Pero no caigo, ni siquiera me inmuto. Perdono
Y es que vestirme me cuesta mucho...
Pero desnudarme siempre me importó muy poco

L.

jueves

Cefeida






Un aullido a determinadas horas es un presagio.
Sin luna, sin noche
Así. 
Solo. 
Un lobo en vez de un pájaro

Sin estar preparada

L.

Genésico



Llegó como llega un bocado,
así, de sorpresa.
Como llegan las cosas que te impactan.
Las rutinas que cegamos y que nos ciegan
positiva o negativamente.
El olor a flores silvestres. la carta de un amigo,
alguna muerte, algún nuevo libro,
una canción desesperada, el viaje imposible,
el canto de un jilguero en mitad de la nada,
la partida de tu alma en otras almas dadas.
Llegó tremendamente opaco y ahora es tan transparente.
Es de esos estragos que te envía el infierno...
Llegó y a tientas , vestida de inocencia,
con mallas de ahora y siempre, simplemente así...
Dejo que me muerda.
Aún puedo acceder a que me hinque los dientes.
A la par podemos contarnos nuestras cosas.
Mañana no lo sé.
Puede ser diferente


L.








Acabo de romper tu nombre
Si
Lo he partido en mil nombres
Reducido a la nada
Tu nombre convertido  en mil pedazos
Triturado

Me he comido tu nombre
Lo he mordido
Lo he masticado
Lo he sintetizado al vómito

Eso si...
He leído la fecha de caducidad:
Infinito

L.

Arcano




Te observo cuando miras y te preguntas:
¿Que mira?
Estoy por contestarte mirándote a los ojos 
Pero entonces sería decírtelo todo
Y hacer eso sería no poder abstraerme 
Lo que es mas importante:
perder el secreto de lo que mi mirada ve
para que tu lo encuentres
Sería abdicar al juego de los ojos
A ese juego ciego de las adivinanzas
Donde cuando miro tu ves lo que veo
y cuando lo ves aciertas lo que miro
Entonces nos besamos
Nos besamos lejos
Y caigo en la venda
Y así, siendo ciega veo lo que miras
y gano una apuesta...

L,

Pole Pole



Puede haber mil diques evitando la colisión.
Ocurre cada día.
En tantas cosas.
¿Donde vas a recoger la leña cuando el frío
desmiembra tus ganas de seguir?
¿A que manantial acudes cuando la sed
pace en tus entrañas?
¿En que inmortal arritmia dejas reposar
tu fiero instinto?
La noche me cae y me moja con una lluvia 
de incertidumbre mientras me obceco en chocar.
Romperme.
Destrozarme viva en el muro inevitable.
Paredes mas altas han sido conquistadas.
Pocas. Muy pocas.
Pero quien me dice que acaso, solo acaso,
no sea yo quien impacte por un segundo con 
la estrella derecha que habita en mi costado

L.



Y así me besaba indistintamente.
Ora una flecha
Ora una daga
Ora una lengua 
anunciando mi muerte...

L.

miércoles

Trance




He de saltar a las doce
sobre nueve olas rojas
y con pétalos de rosas
me desnudaré a la noche
ante los ojos de Jano,
con fuego de las estrellas
y con muérdago en la mano,
he de cruzar cuatro puertas,
caminar sobre las brasas,
abstraerme de lo humano
mientras me riega la luna,
abrazar de nuevo a Suna
para así darle las gracias
y vestirme de verano

L.

Hercios



Esta escalada de tu vértigo 
a mi vértigo,
precisa de cuerdas

L.



viernes

Kurd




Tan peculiar su abstracta fisonomía,
me atrajo sin más.
Se obcecó en mantenerme alerta 
ante su parpadeo.
Logró que me perdiera en su laberinto
de Creta.
Y atando cabos uní la interrogación 
a la respuesta :
Acierto
¿Qué más da donde se oculte
su singular presencia?

L.


Escribo en defensa propia
L.

Quebranto



Cuando uno llega a la cima
son los ojos los que desmiembran
el paisaje.
Toda la escalada sirvió para 
admirar ese instante.
Es entonces cuando , a su vez,
llegó el tiempo de la bajada
y aún manteniendo esa belleza
desnudarte de ella para poder 
alcanzar otra cima mas alta.
No hay retorno 
Ya nada importa 

L.

jueves

Piedad





Hoy la vi...
A mi lado izquierdo.
Me pareció hermosa
tan a mi merced.
Dejé que cayera Iguazú
Elevó una de sus antenas
Solté su alma
Y me perdonó la vida

L.

Hallazgo





Aún tengo ese relámpago anudado a la nuez.
Ensoñación de un muerto pegado a un muro milenario.
Despiojo mi aorta en esta realidad desmembrada 
de cualquier afinidad adherida a mis demonios 
y a mis dioses.
La arrullo sobre mis rodillas.
Ya no hay azotes que puedan someterla.
Este mundo se me hace un emigrante,
un deshecho desterrado al nunca.
El mar es ahora mi testigo,
me abraza como un amante.
¿Dónde asirme?
¿Dónde anclar mis pies si no existe
un suelo firme?
A mi misma
Y ahí me quedo. En mi.
Libre de cualquier cielo punzante.
Impidiendo que mi larva se transforme
en una parásita de otros infiernos.

L.



Soy consciente de cuando te tocas transparente
y piensas que te estás yendo.
¿Dónde?
¿Dónde aniquilar ese ensimismamiento?
¿Ese locuaz perfume a mirra?
A veces pierdes la risa y no se donde buscarla
para dártela entera cómo se da una obra de Weber
armada de balas mágicas o una pieza de Anderson y
su máquina de escribir trotando tras los cazadores.

Y tu empeñado en ser cisne...

L.


martes

Soliloquio



Anulo las intromisiones 
Son como cuervos quisquillosos
de voz antes de tiempo.
Se nombran inmisericordes en cada
nervio que crece sin agua y sin luz,
pero crece...
Hoy recogí en el capacho de Efrain,
120 castañas.
Las contamos bajo un sol otoñal 
que a veces dora y otras  veces te inocula
de noche , desmembrando la piel.
Tengo un cesto de sombras 
y unos zapatos nuevos
y un invernadero.
Tengo una red y un hilo,
una barca y un remo,
una sábana blanca,
un libro y un espejo, 
una cicatriz roja,
un teclado en los dedos,
un delfín en los labios,
un tenor, un estigma,
una canción de amor 
abocada al infierno
que te habla del cielo.
Una firma en tu piel
Un no se
La certeza
Un romperme por dentro.

Hasta tengo las sobras de
lo que venga luego.

L,




Observa a tu alrededor,
preocúpate por el.
Deja de creerte el 
centro del universo
Tú eres el universo.


L.

Cura









Crece el estanque de nenúfares
abiertos todos a la luz del medio día.
Rutilantes pimpollos de lotos
planean sobre las hojas.
El flamboyán junto al talud
y las magnolias a la luz de la noche

Los pájaros crecen antes.
Alas quebradas acuden a Bethesda,
trinos silenciados, moribundos latidos.

Amanece todo

L.


Rebato



Llámote ¡Oh luna!
Displicente matriarca

El mármol de tu sexo
con el puño bruñido
atora cualquier muestra
de invencible campaña
¿Estás conmigo ahora?
Cuando me arden los muslos
y se ciñen los besos
a mi cama infinita.
¿Ahora que te tengo
dividiendo mi carne?

Estás dentro de mi
y eso no es cualquier parte.



L.






A veces , desquicia esa manera de llegar la luz. Aparece como una tramposa.
-Nuestros ojos son diferentes- Dijo el balsero.
No existe un orden, ni un tiempo que marque el paso de la oscuridad a la luminiscencia mas absoluta.
Los ojos sabrán dormir despiertos, aprenderán de las horas aún estando cerrados.

Ella entonces comenzó a leer en segundos.
Como todo, todo lo que conocía hasta entonces  tendría una sucesión...

No dijo nada ni a nadie cuando se advirtió del movimiento del trigo.
Y de la balsa.
Akram la miraba de soslayo.
Jamás podría nada igualarse a los ademanes del sur.

Soñar ya es un privilegio , se dijo...

L.

frag, "La estación de los ángeles"

Turno



En mis muslos llevo anudada
una fila de hormigas.
Unas van para abajo,
otras van para arriba.
Copulan en mi cuerpo
¡Malditas agresoras!
Son pequeños fantasmas
Son pequeños soldados.
Son pequeños recuerdos
atados a mis horas.
Son pequeñas guerras,
pequeñas rendiciones.



¿Cómo decirle a abril que ya soy mayo?




L,

Inquietud




Un pulso que no quiere tomar impulso.

Parece que todo se parara,
los sentidos se encuentran en alerta,
estás en tensión, dilatada en el cosmos.
Tan solo se oye el martilleo del corazón,
la respiración agitada y
el portazo que le das a la paciencia.

L.

domingo

Ne me quitte pas




Me añado a este sol.
Ahora hay faro.
Se desvanece todo, y tan desnuda,
tan ciega, avanzo entre la morera.
Me aplico en la constancia de tocar las paredes.
Cuantos años sus rocas,
cuantos amanteceres.
Solo soy una larva, un gusano,
una trementina espora acudiendo a la luz.
¿Dónde estoy?
¿Dónde estás tú?
En esta góndola, París, insiste en detenernos.
Que tremenda Venecia ...
Me constriñe la palabra y ese insular dominio
de no ser mariposa.
Armado gondoliero, no abandones tu lanza,
tu engranaje, tu eje
No me dejes ahora
En Notre Dame.
Deja que los pájaros se nutran de nuestra ambrosía,
Ahora no
No

L.





Sabrás de mí , cuando dormido, ya lejano de todo se te enerve la piel y adoptes otra postura Cuando de tu boca, aún cosiendo un falso, anegues con suspiros la tela de la almohada
No estará la tierra aprisionando tu cuerpo, ni el cielo aún habrá tocado tu cabeza 
Mas... aún sabrás de mi entre el azul y la piedra, tal que abriendo los ojos me dediques, aún lejos, antes de apoyar el pie, allá, donde muere el sueño, sin notarlo si quiera, un solo pensamiento

L.

Sonar





Verbum panis



Nunca te has planteado que nuestro
movimiento gire en contra de la física
y que tu paralela se cruce con la mía
Que cualquier ecuación pensada 
ruede contra la trigonometría 
Que cualquier estadística se escape
a nuestra informe forma

Si me ves caer por el acantilado
rompiéndome los huesos y la carne,
no dejes de pensar en eso que 
escribes cada noche,
que se tiñe de ti,
único misterio
Será tu pensamiento el que me salve

L.

La barra libre y el pan ausente
En la palma de la mano un:
"No sé que será de ti
Aceras que resbalan,
árboles que no dan sombra
Geografía de instantes

Ahora se lleva poner motes.

Miro hacia la luna, más allá y más.

Y no se me ocurre ninguno...

L.

Interferencia



Necesitando al sueño,
apelé al sueño.
No pude con la luz de la lámpara,
ni con la de la mesita.

La oscuridad me atavió de fantasmas,
de voces amargas
Encendí una vela y me dejé llevar
por sus figuras blandas
¿Y si se prenden las sábanas?
¿La colcha, mi pelo, toda yo?
La puse en una esquina
Que más da...
Cuando cerré los ojos se quemó todo.

L,