domingo

Ne me quitte pas




Me añado a este sol.
Ahora hay faro.
Se desvanece todo, y tan desnuda,
tan ciega, avanzo entre la morera.
Me aplico en la constancia de tocar las paredes.
Cuantos años sus rocas,
cuantos amanteceres.
Solo soy una larva, un gusano,
una trementina espora acudiendo a la luz.
¿Dónde estoy?
¿Dónde estás tú?
En esta góndola, París, insiste en detenernos.
Que tremenda Venecia ...
Me constriñe la palabra y ese insular dominio
de no ser mariposa.
Armado gondoliero, no abandones tu lanza,
tu engranaje, tu eje
No me dejes ahora
En Notre Dame.
Deja que los pájaros se nutran de nuestra ambrosía,
Ahora no
No

L.



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