Pura González, la loca,
vive entre cañas y barro,
casita de ramas verdes
amarradita en sus manos.
Los viejos van murmurando
y los jóvenes la miran,
noches de trigo robando
mientras mil piedras le tiran.
Hija de mujer marcada
(según dicen en el pueblo),
marcada en noche serena
mientras dormía su sueño.
Entre gritos y sollozos
le robaron la pureza.
Todos saben quién fue aquel
que maltrató su belleza.
Al alcalde se acercaron
los muy honrados "señores"
Viudas, solteras, casadas,
ricos,criados y pobres,
mientras que Pura González
bordando sigue trigales.
-Venimos- Comienza el noble,
a pedirle, por favor,
que borre de nuestras vidas
todo cruel deshonor.
Que pagamos los impuestos,
que cultivamos la tierra,
que vamos cada domingo
a visitar nuestra iglesia.
Cumplimos como cristianos,
como señores, cumplimos
y usted nos ha de escuchar
porque a que escuche venimos-
Entre tantos devaneos
nada han dicho los señores.
Unos a otros se miran
cuando ha terminado el noble,
y no acaba de acabar
cuando ha comenzado el pobre:
-El favor se lo pedimos
como los nobles, Señor.
Que la locura no distingue
entre si se es rico o no.
Que impuestos también pagamos
y con mayor sacrificio,
que si a nosotros nos pagan
a ellos va el beneficio.
Ni ellos trabajan la tierra,
ni cultivan nuestros campos.
Que nosotros nos dejamos
entre las zarzas, las manos.
Que también vamos a misa,
pero no para que vean
los trajes que nos ponemos
si son de esparto o de seda.
Cumplimos como cristianos.
Como cristianos, cumplimos
y usted nos ha de escuchar
porque a que escuche venimos-
Al fondo se oye una voz.
Todos vuelven la cabeza.
es una mujer hermosa
la que hablando así comienza:
.....................................
L.
