sábado



Salí a tientas, muda, muerta.
Y allí desnuda en la puerta,
rota, sin rumbo, vencida,
sin más traje que la vida,
sin más vida que la nada,
con el alma destrozada
gélida cómo el invierno...
Jure qué no te quería.

Iré directa al infierno

L.




No debiste de romperme


Lo que no tenías previsto es que
te romperías conmigo. 
Aunque nunca lo dirás 
(Seguro que tu orgullo es uno 
de los pedazos que permanecen intactos)
Y eso es lo malo :
ninguno de los dos puede recoger al otro. 
O por lo menos yo, que no puedo ni recogerme a mi misma. 
Habrá que vivir con eso. 

Feliz Vida 

L.