viernes

Ágora


Me preocupaba mucho la desnudez de los silencios.
No tanto por andar desnuda,
intentando adivinar los movimientos de los otros, al fin y al cabo lo razonable era caer en el tópico de que callar es un síntoma.
Era más la adrenalina, la espera, la confirmación de la enfermedad.
Ya sabía que el amor lo cura todo
Pero no sabía que todo no es amor.
La lógica de la piel se disgregó ante una verdad vestida de mentira.
Todo lo que ves es moribundo
Lo que sientes, no.
El pasado se agacha ante mi y me pega un tiro
Pero no caigo, ni siquiera me inmuto. Perdono
Y es que vestirme me cuesta mucho...
Pero desnudarme siempre me importó muy poco

L.

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