Una gota que cae del precipicio envuelta en el espejo de la huída. La ola que contiene tu partida Un cristal empañado, un artificio.
Es una voz el viento que acaricio despacio, tan despacio, no rendida, Que alarga hacia la sombra su solsticio. He de soñar así, sobre la hierba, rendida a su verdor y a su rocío, cayendo por los bordes de las hojas, allende de tu mar y de tu río. Sin soltar el timón, sin que me pierda en las dulces espinas de tus rosas. L.
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