lunes



Aún me cuesta mucho mirar el mar y no ver tu barco.
Me cuesta mucho no ver su estela brillante, su cola de estrellas, la alfombra bordada con los hilos de tu universo.
Me cuesta respirar porqué un gran suspiro se cuela por la falla del corazón y se queda estancado en los párpados, cómo si a ese mar le faltara agua y necesitara de mis lágrimas para seguir latiendo.
Me cuesta que la luna no dibuje la silueta de sus velas surcando el horizonte y que no suene de fondo las teclas de tu timón
Me cuesta mucho aceptar este nuevo paisaje sin la proa desde la que nuestros besos fugaces iluminaban la noche.
Aún, echarte de menos me cuesta muy poco, no imaginarte Poseidon me cuesta demasiado y quererte, aún, no me cuesta nada.


                               L. 




                                L.

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